Apuró la copa y, calándose el gorro, salió a la calle. Era tarde y la ciudad dormía, sólo le acompañaba el sonido de su respiración. Posiblemente estaba a punto de cometer una de las mayores estupideces de su vida, una de éstas que se merecen una marca roja en el calendario de la memoria. A medida que avanzaba su corazón se revolvía en el pecho. Procuraba reprimir todo lo que se le pasase por la cabeza, no era aquél momento para dejar lugar a sus miedos y dudas. Con paso firme se acercó al portal y, venciendo un último viso de cordura, tocó el timbre.
Ella ya dormía. A través de las ventanas entraba la claridad de las farolas y se adivinaba una noche fría, desapacible. Se sobresaltó al oír el timbre. Temerosa, se calzó las zapatillas, encendió la lámpara de su mesilla y se acercó a la entrada con sigilo, evitando ser oída. Le volvió el color a la tez cuando le reconoció a través de la mirilla. Con un brillo de esperanza en sus ojos abrió la puerta mientras inconscientemente se mordía el labio.
Y un segundo después, sin haber articulado palabra decidieron que ya se lo habían dicho todo y, con las estrellas como testigos, sellaron su amor con un profundo y tierno beso.
Ella ya dormía. A través de las ventanas entraba la claridad de las farolas y se adivinaba una noche fría, desapacible. Se sobresaltó al oír el timbre. Temerosa, se calzó las zapatillas, encendió la lámpara de su mesilla y se acercó a la entrada con sigilo, evitando ser oída. Le volvió el color a la tez cuando le reconoció a través de la mirilla. Con un brillo de esperanza en sus ojos abrió la puerta mientras inconscientemente se mordía el labio.
Y un segundo después, sin haber articulado palabra decidieron que ya se lo habían dicho todo y, con las estrellas como testigos, sellaron su amor con un profundo y tierno beso.
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Acabo de hablar con mi hermano que, tras una semana entera jugando en Asturias el Campeonato de España juvenil, acaba de caer con su equipo en semifinales. No creo que si hubiese ganado el torneo me hubiese sentido más orgulloso. Un beso muy fuerte para él.
5 comentarios:
:D
(nada más que añadir)
Una gran enhorabuena para el joven y gran campeón. Sigo deslumbrándome su valentía al recordar la decisión vital tan importante que tomó, y a una edad tan temprana. La firmeza de su elección es una enseñanza para todos.
En cuanto a tu historia (intuyo que será una historia por lo real de la misma, y no un cuento), me la puedo imaginar a la perfección. Es más, podría poner cara a sus personajes...
Felicidades a los dos por tanto tiempo juntos. Y ánimo con el que queda por llegar.
Un fuerte abrazo!!
pueeeeees...va a ser solo cuento jejje muuuuak!
Pues dale un abrazo al kotick-hermano de mi parte. Que está hecho un crack.
Suerte con las tareas de la cátedra petrina.
me ha gustado mucho tu cuento-realidad o lo que sea ;) Muchas veces hay un pequeño detalle que lo cambia todo.
Ves? si pones cosas asi si que me las leo enteras no como lo del apolo :pppp es broma jeje
1beso!
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